lunes, 26 de enero de 2009

Jubilado sin júbilo

Hoy es lunes y para empezar la semana más de lo mismo con el frío. Han caído unos buenos copos de nieve que han llegado a cubrir las calles, llovió un poco y salió el sol que borró todo vestigio de la nevada. Sé que soy reiterativo con el tema del frío pero es que llevamos unos meses que no hay quien lo aguante. Como suele decirse, ni los más viejos del lugar recuerdan un período de frío e inclemencias varias tan prolongado. ¿Será por lo del efecto invernadero?

El día comenzó con susto incluido. Mi suegra se nos fue al suelo, perdió el conocimiento del golpe que se dio y por momentos creímos que no respiraba y que había llegado su fin. ¡Joer con la buena mujer! Pasado el mal trago, me voy al INSS a presentar mi solicitud de jubilación. Ahí es nada, me acabo de convertir oficialmente en un "jubileta" cualquiera con derecho a pensión mínima. ¡Toma ya jubilación!

Dicen que la palabra jubilación viene de júbilo o lo que es lo mismo: alborozo, regocijo, algazara, contento, placer, exultación, exaltación, gozo, felicidad, entusiasmo, alegría. Vamos, lo mismo que siento yo en estos momentos, para troncharse, no te jode. Digamos que a partir de hoy pertenezco a la peña de los jubilados sin júbilo. Pero a mí lo que se dice jubilarme no me jubila ni Dios, faltaría más. Moriré al pie del cañón, si la diosa fortuna no lo impide. A mi no me pillan en el Inserso ni de coña, que luego todo se pega.

A quien habría que jubilar forzosamente, pero sin derecho a pensión mínima, es a tanto bandarra como hay suelto en el mundo de la política, de la judicatura, de las finanzas y la empresa, del periodismo, del funcionariado, etc. Y para que no dieran la murga y amargaran al personal, meterlos todos los días en un Polideportivo hasta que se agotaran y de vez en cuando algún viajecito con el Inserso. Y aquí paz y después gloria. Como decía el otro, “comer no comeremos, pero joer la risa que pasamos...”

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