domingo, 4 de enero de 2009

HOY TOCA HABLAR DE SOMBRAS

Esta mañana estuve en el Tanatorio. Falleció la madre de Jose, un amigo de toda la vida. Como siempre que acudo a éste lugar mis sentimientos se confunden y se entremezclan los recuerdos. Del encuentro con familiares y amigos surgen evocaciones del pasado y referencias al presente. Del futuro poco se habla, por si las moscas.

Qúe diferencia con los velatorios de antaño, en los domicilios. Hoy a los familiares se les facilita todo, únicamente deben avisar y pagar raudos una elevada minuta. Por no hablar de los sepelios, tan asépticos e impersonales. Ya no se lleva el luto riguroso en hombres,- brazaletes negros en trajes y abrigos, corbata negra, botones negros en la solapa de las chaquetas-, y mucho menos en las mujeres, que del negro riguroso hasta en las prendas interiores se pasaba al color de alivio. Donde no ha habido mucho cambio ha sido en las esquelas y en los funerales.

De cada visita a un Tanatorio queda siempre algún recuerdo especial. En la de hoy, ha sido la estremecedora imagen de una mujer llorando y gritando desconsoladamente la pérdida de su padre, mientras los familiares trataban de consolarla fuera de una de las salas. Esto me trajo a la memoria la diferente manera de expresar en público sus sentimientos de duelo las personas según sea su extracción social. Recuerdo las imágenes televisadas de los funerales de militares y agentes del orden público asesinados por los terroristas, dónde según fuera la graduación del asesinado así manifestaban los familiares su dolor con mayor o menor entereza y dignidad.

La edad del finado unida a la mayor o menor calidad de vida que disfrutó en sus últimos años suele ser tema recurrente de conversación. En esta ocasión, la madre de mi amigo tenía 97 años y durante muchos otros su mala salud la impidió valerse por sí misma. Ante ello, todos decimos siempre lo mismo, yo sí quiero llegar a ésas edades pero con movilidad propia y en plenas facultades mentales.

Para la madre de mi amigo Jose se acabaron las penalidades. Que descanse en paz.

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