martes, 20 de enero de 2009

HOY ES EL DÍA DE BARACK OBAMA


El día de hoy está marcado por la jura de Barack Obama como 44º Presidente de los Estados Unidos. Cualquier otro acontecimiento queda relegado a un segundo lugar como no podía ser de otra manera. La crisis económica, los espionajes en el equipo de Esperanza Aguirre, los desencuentros en el equipo municipal del Partido Popular de León, el jodido frío que hace en esta ciudad, e incluso mi puta bronquitis carecen de importancia.

Sana envidia sentí viendo en directo la jura de Obama y la unión, como una piña, de todos los ciudadanos norteamericanos con independencia de su ideología política, color y status social. Vamos, igualito que lo que acontece por estos lares. Palabras de esperanza, de pragmatismo, y elegancia para los que hasta hace poco fueron sus adversarios políticos. Le deseo toda la suerte del mundo Mr. Obama por la cuenta que nos trae al resto de la humanidad. De ahora en adelante ustedes trabajarán unidos, mientras que nosotros iremos, como siempre, cada uno por nuestro lado. ¡Qué pardillos somos aún en cuestiones de democracia! ¡Lo que nos queda aún por aprender!

Juramentos presidenciales aparte, mi día estuvo marcado por dos sucesos: se me estropeó el calefactor y mi doctora me dijo que pasara de la bronquitis. Respecto al primero, tuve que irme a comprar un radiador de aceite que transporté hasta casa a puro huevo, con lo que pesaba el jodido, y ahí me tienes con mi mujer tratando de conseguir colocarle las putas ruedas, lo que logramos pasada media hora. Como se hizo tarde, me fui sólo al Gambrinus a paladear un par de vinos de El Bierzo para hacer patria y Marcos me obsequió con una canija prueba de chorizo frito de su cosecha que resultó un tanto duro.

Por la tarde, fui a visitar a mi doctora un tanto acojonado, ya que las flemas aún siguen expulsando algo de sangre coagulada. No pasa nada, al parecer ya está curada la bronquitis. A la doctora, muy agradable normalmente, la esperaba una lista de pacientes del copón incluidos los derivados por urgencias que pretendían entrar los primeros, y claro se nos cabreó un tanto. Me despachó en un santiamén y sin auscultarme tan siquiera. Espero que no recaiga. Lo mejor de todo ha sido que he podido fumar, con mesura, pero con un gusto que para qué. Por lo que se refiere al "curre" un día normalito, tirando a flojillo. Y del peso, prefiero no hablar. Mañana será otro día.

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