jueves, 15 de enero de 2009

EL ENTIERRO DE GENARÍN





Cada año en la noche de Jueves Santo, miles de leoneses toman el casco antiguo de la ciudad (el popular Barrio Húmedo) para celebrar el entierro de Genarín, la procesión ruidosa, bufa y borracha por antonomasia. Este popular desfile pagano, que se celebra a partir de la medianoche, no tiene convocatoria precisa y tampoco aparece en el programa oficial de las fiestas, pero cada año logra congregar a millares de leoneses que beben orujo sin tregua.

La singular procesión conmemora la muerte de Genaro Blanco, pellejero, borracho, pendenciero, amante del orujo y los burdeles que en la noche de Jueves Santo de 1929 murió atropellado por el primer camión de la basura que hubo en León, mientras realizaba sus necesidades primarias, y justo en este punto de su vida o de su muerte... fue cuando nació su leyenda y su "Santidad" elevada a los "altares" por sus cuatro mas íntimos compañeros de correrías que se convirtieron en los "4 Evangelistas" y en los primeros hermanos de la "Cofradía de Nuestro Santo Padre Genaro".

El rito comienza recordando la tradición y bendiciendo con orujo a los nuevos cofrades en un bar del Barrio Húmedo en donde los Hermanos Cofrades celebran una cena en su memoria para más tarde y acompañados por una multitud ingente de parroquianos locales y cada vez más foráneos, iniciar un recorrido por las calles que, según la tradición, frecuentaba el pellejero.

La "procesión" va encabezada por el guión de la Cofradía y por los cabezudos que representan a los "evangelistas" que organizaron el culto a tan estrambótico personaje. A continuación van los "pasos" con imágenes del propio Genarín (empuñando una botella y aferrándose a una farola para no perder el equilibrio), de la Muerte (que le sorprendió en la Carretera de los Cubos), de un barril de orujo, y de la Moncha (una prostituta amiga del borracho que con su muerte se redimió y cambió de vida), a la vez que se corean consignas como: "Genarín, valiente, queremos aguardiente", "Hombre pequeño de gran pitilín, San Genarín", "Genaro, si t'estrujo, saco buen orujo", etc.

El recorrido continúa hasta terminar en el tercer cubo de la muralla en donde murió Genarín atropellado. Allí el hermano colgador de la cofradía de Genarín trepa la vieja muralla de León, coloca una corona de laurel y hace la ofrenda al Santo: queso, una hogaza de pan, naranjas y una botella de orujo –que era la comida habitual de Genaro en vida y recita los siguientes versos: "
Y antes de ser declamadas para gloria de este mundo, siguiéndote en tus costumbres, pues nunca ganasteis lujos, bebamos a tu memoria una copina de orujo, que fue lo que más chupaste antes de ser difunto".

Con el paso de los años, la ronda de fieles, muy escasa al principio, se ha ido masificando (más de 10.000) aunque en época franquista llegó a estar prohibida y los participantes clandestinos fueron perseguidos. Aún hoy, hay gente que piensa este ritual como una burla intolerable hacia la semana santa.

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